1) Para qué la vamos a utilizar. Algunas de las necesidades más frecuentes son:

• Regular el paso de la luz. La iluminación es necesaria en cualquier estancia, pero puedes regular la cantidad de luz combinando un tejido opaco como es el foscurit, con uno translúcido como el visillo, utilizándolos en función de las necesidades de cada momento.
• Crear intimidad. Especialmente si tienes casas o edificios cercanos.
• Renovar el espacio (salón, cocina, baño, dormitorio, despacho…) Simplemente cambiando el color de la cortina puedes conseguir un ambiente diferente. Y, ¿a quién no le gustan los cambios?
• Controlar la temperatura. Los tejidos ayudan a mantener la temperatura interior (frío o calor), de modo que además de complementar la estancia nos ayudan a ahorrar energía.
• Integrar la vista exterior en el interior. Es muy habitual en restaurantes y hoteles querer integrar en la estancia la vista exterior al jardín o la ciudad. Si cuentas con un piso alto, ático o una casa con bonitas vistas, puede que te apetezca integrarlas.
• Disimular un defecto de construcción. Una buena solución para disimular una pared que no ha quedado bien acabada, es vestirla con una cortina opaca.
• Ampliar o reducir visualmente una habitación o ventana. Cada tejido y tipo de cortina nos aporta una sensación distinta, al igual que el color, los estampados y el largo de la cortina.
• Separar ambientes. Es una opción muy interesante tanto para espacios amplios como reducidos. Permite mantener la sensación de amplitud, ganar en intimidad e iluminación y evitamos obras, muros o paneles.
• Actuar como ‘puerta’ de un mueble. Aunque se suele utilizar más en armarios de cocina, la demanda de cortinas para estanterías u otros muebles auxiliares se está extendiendo.
• Decorar. Jugando con colores, texturas, estampados, siempre integrándolo en el ambiente, puedes conseguir unos resultados sorprendentes.  Si eliges telas gruesas y estampadas, conseguirás un ambiente más íntimo y acogedor, pero si prefieres un ambiente luminoso, inclinate por los tejidos ligeros, algo transparentes como los visillos.

2) Tipo de apertura (ventana o puerta) Antes de decidirte por un tipo de cortina u otra, es muy importante que tengas en cuenta aspectos como el tamaño de la puerta o ventana y el sistema de apertura:

• Grandes ventanales. Si cuentas con grandes ventanales y techos altos, puedes jugar con el largo de la cortina pudiendo llegar a rozar en el suelo  o inclusive a que superar esta altura.
• Ventanas o puertas de dimensiones reducidas. En el caso de tener una única ventana o dos ventanas anexas de dimensiones reducidas, un truco para dotarlas de mayor relevancia es colocar cortinas o estores largos.
• Ventanas practicables u oscilo-batientes. El uso de estores puede resultar poco práctico, especialmente si no suben del todo. Si tienes este tipo de ventanas te recomendamos una cortina corredera con apertura al centro, ganaras en funcionalidad.

3) Estilo decorativo de la estancia. Las cortinas son un buen complemento siempre y cuando vayan en consonancia con el estilo decorativo del resto de la estancia. Cada tipo de cortina va unido a un estilo decorativo, por tanto, no conviene mezclar estilos puedes quebrar por completo el diseño del ambiente.

4) Colores predominantes. Es importante identificar qué color o gama cromática predomina en un interior, de alguna manera, este será el que marque la tonalidad más adecuada de la cortina. Puede que el mobiliario y las paredes vayan en blanco, pero tienes unos cojines en turquesa. El color predominante sería el turquesa. Otra opción, es realizar las fundas de los cojines en base a la gama cromática de la cortina.Los colores suaves denotan tranquilidad, suavidad, limpieza; mientras que los colores fuertes transmiten vitalidad, alegría, fuerza. Hay que utilizarlos con cuidado al igual que los estampados, de lo contrario podrías crear un efecto decorativo no deseado.